COVID continúa en la entidad

Aunque estamos en una etapa de mayor control de la epidemia, los factores de riesgo no han desaparecido y es muy probable que haya un repunte, alerta un investigador

La incidencia de Covid se mantiene una semana más a la baja en Yucatán: en el reporte de ayer fueron siete muertes y 50 nuevos contagios. Algunos incluso piensan que estamos cerca del final de la pesadilla, pero el Dr. Luis Ramírez Carrillo pide cautela.

Desde hace algún tiempo se observa una mejoría, la tendencia a la desaceleración ha sido consistente, lo dicen las cifras de fallecidos y también los ingresos hospitalarios. “La pregunta ahora es si esto está cerca de terminarse… y la respuesta es que no, la realidad sigue extremadamente preocupante”, comenta el investigador de la Uady, al concluir su análisis sobre la situación de la epidemia en estos momentos.

Las medidas actuales, tanto desde el punto de vista hospitalario como de la política pública —el gobierno hizo caso a quienes señalaban con insistencia que la clave estaba en el transporte público— ha redundado en un dato positivo, considera.

“Sin embargo, no saber cuál es en realidad el número de contagios hace pensar que hay una alta probabilidad de repunte, porque así como suponemos que están bajando —la verdad es que no se hacen suficientes pruebas—, podemos también sospechar que continúan con mucha fuerza”.

Se han mejorado los protocolos de atención médica y los casos positivos no pasan a etapas más graves, pero eso no significa necesariamente que el ritmo de infección se haya desacelerado, insiste. “Esto implica que sigue vigente la posibilidad de un repunte, como está ocurriendo en otros lados. En cualquier momento la epidemia se vuelve a disparar porque no ha desaparecido, simplemente estamos en una mejor posición de control”.

Sin embargo, esa condición puede perderse fácilmente, entre otras causas por un exceso de confianza, alerta. El mayor nivel de apertura puede llevar a que nos relajemos y estamos en una época de mucho riesgo: empiezan las reuniones, ahí vienen las celebraciones de la Virgen de Guadalupe, las fiestas decembrinas…

“El porcentaje de contactos personales está aumentando, lo que significa, obviamente, que se van a multiplicar los contagios. Así que es probable un repunte de casos”, sostiene. “Y si la SEP decide volver a clases el siguiente semestre, entonces sí veríamos una epidemia galopante”.

Lejos de una salida

No estamos ni remotamente cerca de regresar a la normalidad, insiste el Dr. Ramírez, quien hace hincapié en que, en el fondo, lo único que puede hacer el gobierno estatal es prevenir que esto va a suceder y preparar la infraestructura hospitalaria.

“El peor error sería mostrarnos triunfantes, pensar que ya la brincamos, porque no solamente no lo hemos hecho, sino que vamos a tardar mucho en brincarla”.

Operamos también sobre la base de que no sólo somos un país que no ha manejado bien la pandemia y por eso estamos lamentando tan alto número de muertos, sino además un estado con una incidencia de contagios superior a la media nacional. “Lo que esto nos dice es que, ya sea por factores biológicos —obesidad, genética—, razones sociales —desigualdad, pobreza— alta informalidad, por lo que se quiera, Yucatán es uno de los estados más impactados por el Covid y todavía más en riesgo”.

Ciertamente hay una disminución de casos —un mérito indiscutible del gobierno estatal—, pero los factores de riesgo siguen presentes y en cualquier momento de descuido la epidemia puede volverse a disparar.

En ese sentido, el gobierno debe redoblar las campañas de prevención y sobre todos los controles directos —inspectores, policías— en los sitios públicos.

“Esto es muy importante, porque la campaña de prevención es insuficiente. Es indispensable el control de los accesos a los lugares públicos, multar a los establecimientos que tenga más gente de lo que se está permitiendo, obligar a la gente a usar cubrebocas…, en fin, no bajar la guardia”.

Debe mantenerse el rigor de las medidas de prevención, particularmente del 12 de diciembre al 6 de enero. Esas cuatro semanas van a ser cruciales porque los factores de riesgo siguen aquí, latentes, y es cuestión de que bajemos la guardia para que detonen y volvamos a ver otra gran cantidad de contagiados y de muertos”.

De largo plazo

Y además de todo esto, el gobierno debe tener una política de prevención de largo plazo. Mientras no exista una aplicación masiva de la vacuna, tiene que estar previniendo y previendo, tanto en su presupuesto como en sus estrategias y prioridades, que necesita tener y mantener una infraestructura hospitalaria de atención muy alta. “Digo esto porque en otros estados, algunos hospitales Covid ya se desmantelaron”.

Se tiene que seguir operando de acuerdo con lo que está pasando: la pandemia sigue aquí y pueda repuntar de un momento a otro. Y al menos la mortalidad se puede prevenir manteniendo una infraestructura hospitalaria suficiente y disponible. “Eso sería lo inteligente y responsable en términos gubernamentales”

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