Este sábado, miles de mujeres y activistas salieron a las calles de Washington en una manifestación masiva conocida como la “Marcha del Pueblo”, un evento organizado por una coalición de movimientos por los derechos civiles y la justicia social. La protesta se dio en el marco del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, a solo dos días de su reintegración al cargo presidencial.
La marcha, que recordó a la histórica Marcha de las Mujeres de 2017, reunió a manifestantes de todas las edades y antecedentes, quienes se unieron para expresar su rechazo a las políticas anunciadas por Trump y el Partido Republicano. Los participantes de la protesta exigieron la protección de derechos clave que consideran amenazados bajo la administración de Trump, incluyendo el derecho al aborto, las medidas contra el cambio climático, la seguridad frente a la violencia armada y los derechos de los inmigrantes.
Entre las consignas más escuchadas en la multitud se encontraba el famoso lema “Mi cuerpo, mi elección”, que resuena especialmente entre las mujeres que temen por la posible anulación de los derechos reproductivos establecidos por la Corte Suprema en años recientes.
Aisha Becker-Burrowes, una de las participantes, expresó con firmeza: “Estas leyes amenazan nuestras vidas. Las mujeres están muriendo”. Mientras las voces de la multitud resonaban con una poderosa energía, muchos de los asistentes se cubrían con los característicos gorros rosados con forma de gato, una referencia directa a la Marcha de las Mujeres de 2017, cuando miles de personas se congregaron en la capital estadounidense para protestar contra la primera asunción de Trump.
Susan Dutwells, una mujer de 60 años proveniente de Florida, se mostró visiblemente preocupada por el regreso de Trump al poder. “Estoy asustada y enojada. Tanta gente está votando en contra de sus propios intereses. No lo entiendo”, comentó mientras sostenía un cartel que leía “Protejan a las mujeres, protejan el futuro”. Dutwells asistió a la marcha junto a su hija, compartiendo su temor por el futuro bajo las políticas del expresidente.
Sarah Kong, una psiquiatra que viajó desde Colorado con su madre para participar en su primera protesta, se sintió inspirada por la multitud. “Me siento motivada, estimulada por todas estas personas. Tengo fe en el futuro, aunque estoy asustada”, dijo con determinación mientras observaba a otros manifestantes rodeándola.
Los manifestantes, que se agruparon en tres parques de la ciudad antes de caminar hacia el Memorial de Lincoln, también alzaron su voz en contra de las políticas antimigrantes del presidente electo y su visión de ultraderecha. A lo largo de la jornada, las consignas se centraron en la exigencia de mayor justicia social, especialmente para las comunidades más vulnerables, incluyendo inmigrantes, afroamericanos y mujeres.
Este evento se ha convertido en una de las mayores manifestaciones contra el regreso de Trump al poder, y la multitud dejó claro su descontento con el regreso de un liderazgo que consideran amenazante para los avances en derechos humanos y sociales en los últimos años.
Con un futuro incierto ante la política que se avecina, los participantes en la marcha han dejado claro que no se quedarán callados. La “Marcha del Pueblo” se ha consolidado como una de las principales manifestaciones de resistencia en un momento crítico para Estados Unidos, con la esperanza de que su mensaje resuene más allá de la capital del país.
Las tensiones políticas continúan aumentando en el país, y con ellas, la creciente movilización de grupos que exigen un cambio.
