Una ola de calor sin precedentes sigue golpeando a Europa, provocando al menos ocho muertes confirmadas: cuatro en España, dos en Francia y dos en Italia. Las autoridades han decretado alertas de nivel rojo, medidas urgentes para limitar jornadas laborales y operar “refugios climáticos” en escuelas y edificios municipales.
En Italia se prohibió el trabajo al aire libre durante las horas centrales (Italia limitó labores en exterior). Mientras tanto, en Francia casi 1,900 escuelas cerraron sus puertas temporalmente y se restringió el acceso a la cima de la Torre Eiffel por riesgos para la salud.
Los incendios forestales avanzan a gran velocidad en Turquía y Grecia. En la isla de Creta, unas 5,000 personas fueron evacuadas por un gran incendio causado por vientos de hasta fuerza 9 de Beaufort. También se reportaron apagones y reducción de energía en sesiones nucleares en Suiza y Francia.
El impacto ambiental es grave: el mar Mediterráneo alcanzó temperaturas superficiales de hasta 30 °C, seis grados por encima de lo habitual. El Dr. António Guterres declaró que “el calor extremo es la nueva normalidad” y urgió acciones climáticas inmediatas .